El texto ‘Plenilunio’ de Agustín Espinosa es un paseo nocturno que podría darse en cualquier parte. Fue publicado por primera vez el 3 de septiembre de 1932 en el diario ‘Hoy’ con el título ‘Esta noche…’.
Como indica el experto en la obra espinosiana José Miguel Pérez Corrales, Agustín Espinosa le cambió el nombre al actual cuando lo incluyó en su obra ‘Diario espectral de un poeta recién casado’. Les invitamos a dejarse llevar por esta noche de luna llena y poéticas sombras.
Esta noche, la luna ha encendido su redondo farol sobre el mar y el campo. Ladran los perros asustados y las mujeres cantan —al aire pelo y busto— sobre volados balcones de verano. Andan encandilados los búhos y tristes los hombres y las brujas, sueltas.
Esta noche la luna reparte su florecida luz por cielos, tierras y aguas. Nieva las tapias y enverdece los huertos. Apaga ojos del mar, flores celestes y estrellas de la tierra. Pone, junto a las estivales barcas, su plata nueva. Alienta, con albas de ficción, vigilias de enfermo, y consuela a moribundos de medianoche con mentirosos amaneceres.
Pasea su redondo farol la luna sobre trigos dormidos y rectángulos de verdura, casas blancas, acequias escintilantes, áureos miradores, amantes lívidos y guitarras dolientes y desesperanzadas.
Esta noche la luna pasea su redondo farol sobre el mar y el campo.
Chilla un grillo nostálgico. Una ola de aire tibio gana las copas de los álamos. Suena el mar en sordina, colmado de luna y de templanza.
Esta noche hasta los paisajes del sueño serán lunares. Habrá lunas de hojaldre en las pesadillas umbrosas de los niños.
Esta noche la luna galopa blanca y dócil a todo lo que bajo su luz se detiene.
Pasan carretas trasnochadas con su dorada carga, sus lánguidos bueyes y su airoso heraldo. Desde una azotea enlunada agita una niña un pañuelo blanco. Lamen fuentes y acequias su luna y se olvidan de cantar, hasta quedarse sin sus músicas de otras noches la tierra.
Hay un balcón en sombra, sin embargo, bajo esta luna llena de agosto. Y en su sombra, dos sombras. Acodadas y mudas. Acaso, entre el luminoso concierto, las dos únicas sombras.
Un comentario
Todas las palabras, una a una, formando los versos, las estrofas y el poema, te hacen pensar, imaginar, trasladarse a otro lugar….