El escritor vanguardista y provocador que inauguró el surrealismo como nuevo género en la novela, fue olvidado tras su muerte y la imposición de la dictadura. Leer a Agustín Espinosa hoy significa reconocer a una voz clave y moderna de la literatura hispánica que buscaba adentrarse más allá de los límites del imaginario y la literatura.

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Retrato de Agustín Espinosa
Agustín Espinosa, injustamente olvidado, es uno de los escritores más importantes de la vanguardia y el surrealismo en lengua española.

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Tenerife y el Atlántico, inspiración para un joven escritor
Nació en la isla de Tenerife, en el archipiélago de Canarias, el 23 de marzo de 1897. Su sentimiento de insularidad y amor hacia las islas fue plasmado en las descripciones que hacía de ellas en sus cartas y, posteriormente, en sus obras.
«Aquí en el Puerto de la Cruz, nací yo, en una casa cuyo mirador estoy viendo mientras te escribo, tan alto casi como la torre de la iglesia. Aquí, por estas calles, callejones y callejas, he correteado y he patanquineado, hasta los doce años, como lo hace ahora mi hijo. Es un pueblo que tuvo, como yo, su historia. Que vive, como yo, también de recuerdos. El mar le canta y arrulla diariamente como una madre a un niño inválido, y de noche le cuenta, con voz de trueno, cuentos de brujas, trasgos y cosas de Tócame Roque que hacen más silencioso y duro el sueño». Extracto de una epístola enviada por el autor.

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Granada y muchas lecturas
Fue un joven curioso, ávido lector y buen estudiante. Admiraba y leía a Juan Ramón Jiménez, Rubén Darío, Pío Baroja y las novelas de aventuras y viajes. Estudió Filosofía y Letras en La Laguna y es en esta época cuando empieza a escribir sus primeros poemas, influido por el modernismo de Rubén Darío. En 1917 estudió en Granada donde fue compañero de facultad de Federico García Lorca. En la ciudad andaluza conoce a María Ana que le inspiró para escribir en el futuro El mar, Oda a María Ana, primer premio de axilas sin depilar de 1930 y Crimen.

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Lanzarote, hotel Oriental
Continúa sus estudios y se doctora en Madrid. Agustín Espinosa alimenta su curiosidad intelectual en las tertulias del Café Universal, el ambiente en la Residencia de Estudiantes y el Café Pombo con Ramón Gómez de la Serna. Viajó a Bucarest, Londres y París. La efervescencia cultural y artística es notable en los ambientes que frecuenta el autor tinerfeño, de los que participa y se inspira. En 1927 creó junto al escritor Manuel Trujillo y el catedrático Ángel Valbuena la revista La Rosa de los Vientos para difundir el nuevo lenguaje vanguardista.
En 1928 se traslada a Lanzarote como Comisario Regio, primer director y profesor de Lengua Española y Literatura en el Instituto local de Segunda Enseñanza de Arrecife. Desde una de esas habitaciones del hotel Oriental escribe una serie de redacciones o capítulos que compondrían Lancelot, 28º-7º. Guía integral de una isla atlántica.

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Un Lanzarote inventado por mí
Esta obra vanguardista, reseñada a veces como cubista, de difícil clasificación y poética rupturista, fue su primer libro. Editado por la editorial madrileña ALFA en otoño de 1929, cosechó gran éxito por su frescura y novedad, por crear una nueva dimensión literaria en torno a la isla de Lanzarote.
«Lo que yo he buscado realizar, sobre todo, ha sido esto: un mundo poético; una mitología conductora. Mi intento es el de crear un Lanzarote nuevo. Un Lanzarote inventado por mí. Siguiendo la tradición más ancha de la literatura universal».
Itineraria editorial reeditó la obra, noventa años después de su primera edición, en otoño de 2019.

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Portada hecha a mano del libro de poemas dedicado a su pareja
En 1932 se casa con Josephine Boissier Castellanos y juntos formaron una familia en la que tuvieron tres hijos. A ella dedicó sus Poemas a Mme. Josephine y durante su luna de miel en Tacoronte redactó su Diario espectral de un poeta recién casado.
En esta época trabajaba como docente en el Instituto Pérez Galdós de Las Palmas y empezó a colaborar en la Gaceta de arte, una publicación de las más importantes por su innovación, arte abstracto y surrealismo.

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La primera novela surrealista
En 1934 publica Crimen, el exponente de la novela surrealista en lengua española.
Crimen, novela maldita, secreta, que tras el golpe de estado fue ocultada y destruida. Se rescató décadas después, en 1974. Se ha vuelto a publicar en 2019 por la editorial Siruela en una edición de Alexis Ravelo.

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Arte y creación para liberar ataduras
Doctor en literatura, director de un centro de enseñanza, curioso, simpático y con gran sentido del humor. En esta foto se le ve trajeado posando para su amigo Eduardo Westerdahl y jugando, divertido, con una manguera. Eran los días en los que se celebró la Exposición Internacional Surrealista en Tenerife.

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Tenerife, anfitriona del surrealismo mundial
Tenerife acogió en 1935 la Exposición Internacional Surrealista organizada por Agustín Espinosa y el equipo de la Gaceta de arte. Fue la primera y única vez que se celebró en una ciudad que no era una capital. En un carguero bananero noruego, lleno de obras de arte, y tras una semana de travesía, llegaron a Tenerife los invitados: André Breton, Jacqueline Lamba, Benjamin Péret y Paul Éluard. Se exhibieron 76 obras, entre cuadros, collages, esculturas y fotografías de Pablo Picasso, Jacqueline Lamba, Joan Miró, Max Ernst, Dora Maar, Alberto Giacometti, Marcel Duchamp, Man Ray, Jean Arn, René Magritte, Dalí, Óscar Domínguez…

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Volver a encender su voz
Por motivos políticos la obra del genial escritor cayó en el silencio y en el olvido. Son muchos los lectores que han encontrado lucidez, humor y una gran sensibilidad en su forma de contar y usar la palabra; de provocar con imágenes poéticas, de llevar al lector a los límites de su imaginación. Agustín Espinosa sigue siendo rompedor y moderno. Es de justicia que sigamos conversando con él con la lectura de sus libros.